se apagara en el
agua.
El pez rojo de mi
estanque
Se queda, a veces,
en calma,
Soñando yo no sé
qué
Sueños de musgos y
algas.
Otras veces corre,
cruza,
navajazo, puñalada,
y, al pararse, es
una herida en el agua.
y entre cristales,
la herida
Sangra, sangra,
sangra, sangra.
El pez rojo es como
el frágil
corazoncito del
agua,
que, por arterias
de vidrio,
vibra, late y se
derrama.
Y es mi estanque,
¡tan verde!,
él, ¡tan rojo!,
¡viva llama!
como un rubí
palpitando
en una grande esmeraldaManuel Benítez Carrasco (poeta granadino)
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